Cuando llegamos Shayna y Ramón nos sorprendieron al venirnos a recoger al aeropuerto en un monovolumen de 7 plazas que habían comprado para que pudiéramos ir juntos a todas partes.
Sin maletas, en ese momento, nos acostamos con la camiseta de British Airways y nos fuimos rápido a la cama pues estábamos hechos polvo.
Por la mañana, fuimos madrugadores a causa del jetlag, y pudimos ir a echar un vistazo por los exteriores de la casa, donde podéis apreciar que vivir en Greenbelt es estar inmerso en un bosque.
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